El recuerdo construye nuestra vida pero, afortunadamente, nuestra limitación para retener las sensaciones hace que cada historia humana se construya solo con recuerdos significativos, ya sean buenos o malos. De lo contrario, nuestra existencia podría ser una sucesión de infinitos estímulos para la que la mayoría de los mortales no estaríamos preparados. No poder olvidar implica no poder sobreponerse, todo sería un recuerdo vívido en presente.
Ese es el drama en el que vive atrapado el reportero Solomon Shereshevski, protagonista de Souvenir, la primera obra teatral que dirige Fran Perea y que podrá verse en los Teatros Luchana de Madrid hasta el 26 de noviembre de la mano de Feelgood Teatro, la compañía que el propio actor malagueño formó junto a otros compañeros de profesión.
El guión, de Pablo Díaz Morilla, nos cuenta la historia basada en la historia de este personaje real que vivió, sufrió y murió en la Rusia de la primera mitad del siglo XX y que padecía hipermnesia, lo completamente opuesto a la amnesia, recordaba absolutamente todo lo que vivía y era incapaz de seleccionar. Se trata de una variedad sumamente fuerte de sinestesia, en la cual el estímulo de uno de sus sentidos produce una reacción en los demás. Por ejemplo, si Shereshevski oía un tono musical él veía un color inmediatamente, un toque activaba una sensación de sabor y así sucesivamente por cada uno de los sentidos. Con las imágenes que produjeron sus sinestesias, él podía aplicar técnicas mnemotécnicas de todo tipo.
Sobre el escenario, Ángel Velasco da vida al periodista ruso en una actuación magistral, no solo por el reto al que se enfrenta con el texto sino también por su capacidad de conseguir trasladar al espectador el sufrimiento y la confusión, que nacen desde el dolor de no poder tomar el control de su mente y a los que se añaden las dosis de incomprensión de los que le rodean. El espectador participa también del dolor, aderezado con pinceladas de ternura, que nos regala Magda (Esther Lara), quien en su papel de esposa abnegada verá cómo sus sueños de felicidad se truncan cuando la realidad supera la ficción y solo puede enfrentarse a lo desconocido con las armas del amor. El tríangulo lo cierra el Doctor Luria (encarnado por Steven Lance) a quien acude el protagonista en busca de ayuda y que acabará jugando un papel importante en las suertes y desgracias de Solomon.
Una obra que no deja indiferente.
Dirección: Fran Perea
Dramaturgia: Pablo Díaz Morilla
Reparto: Steven Lance / Ángel Velasco / Esther Lara
Producción: Factoría Echegaray
Producción en gira: Feelgood Teatro